El expresidente Carlos Mesa identificó varias irregularidades cometidas por el anterior Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) “influido por el Poder Ejecutivo” y dijo que éste agravó su situación al redactar el fallo del 28 de noviembre (28N) de 2017, favorable a Evo Morales, tres dÃas antes de admitir para su consideración la petición del MAS de Acción Abstracta de Inconstitucionalidad.
“…la admisión de la solicitud que hicieron parlamentarios del MAS que pedÃan al TCP habilitar al Presidente para las próximas elecciones, se hizo el 28 de septiembre de 2017, es decir que ¡el TCP ya habÃa redactado el fallo favorable a Morales tres dÃas antes de admitir para su consideración la petición del MAS¡”, se lee en el artÃculo de Mesa “Las Dos banderas del 21F” publicado en su blog personal.
Según la exautoridad, su afirmación se constata con la sentencia del 25 de septiembre de 2017 del TCP referida al caso FOCAS, “que incluyó la cita de un párrafo del fallo que habilitó a Morales el 28N, es decir ¡dos meses y tres dÃas antes el TCP ya tenÃa el fallo redactado!”.
El fallo del TCP va en contra de los resultados del referendo de 2016 que negó al presidente Evo Morales ir a una nueva postulación. Este 21 de febrero, a dos años de dicho resultado, organizaciones ciudadanas, comités cÃvicos, organizaciones sindicales, entre otros, demandan al Gobierno el respeto a su voto; mientras que los afines al MAS respaldan a Morales y apoyan su reelección sin lÃmites.
Con estos antecedentes, dice Mesa, la defensa democrática del referendo del 21F tiene, en consecuencia, dos grandes banderas que le dan una fuerza ética y democrática gigantesca: “Demandar el respeto a la voluntad popular expresada en esa fecha histórica” y “Exigir la anulación del fallo del 28N que, como ya se dijo, ha marcado el parteaguas del proceso polÃtico iniciado el 2006”.
El expresidente establece los “elementos jurÃdicos” para sostener que el TCP vulneró la ley el 28N y cita las siguientes razones:
“Porque no tiene atribución alguna para modificar la Constitución (CPE); al declarar la inaplicabilidad de cuatro de sus artÃculos, lo hizo”.
“El TCP no puede desconocer con un fallo la voluntad inalienable del pueblo boliviano, el único con atribuciones para modificar parcial o totalmente la CPE; a sabiendas, desconoció esa voluntad”.
Además, “el TCP ‘interpretó’ arbitrariamente el artÃculo 23 de la Convención Americana de DDHH, invirtiendo los bienes defendidos; la defensa del ciudadano ante las arbitrariedades del Estado, se transformó en la justificación de los afanes de control indefinido del poder de quien lo ejerce, por encima del mandato constitucional que limita su poder arbitrario votado por el pueblo en Referendo en 2009”.
Con todos estos elementos, Mesa insta al actual Tribunal Constitucional para que diga su palabra. “Esa palabra, por las razones anotadas, no puede ser otra que la anulación del fallo del 28N. Igual que el Tribunal Supremo Electoral deberá cuando corresponda, hacer prevalecer el mandato del 21F de no aceptar la candidatura del Primer Mandatario, por encima del fallo del 28N”.
El expresidente remarca que lo que está en juego no es, “como pretenden los poderosos, una confrontación ideológica entre revolucionarios y reaccionarios, entre el socialismo y el capitalismo, entre los gobernantes que encarnan un ‘proceso de cambio’ y la oposición ‘derechista y proimperialista’. Lo que está en juego es el respeto al valor más sagrado de los ciudadanos, el respeto a su voluntad soberana, de la que no puede apropiarse nadie, por ninguna razón y bajo ningún argumento”.