El negocio cocalero de Evo Morales y Nicolás Maduro

Evo Morales ganó las elecciones en 2005, y renovó su mandato en 2009 y 2014. Cuando llegó al Palacio Quemado, como se llama popularmente a la sede gubernamental, Morales llevaba diez años como presidente del Comité de Coordinación de las federaciones de productores de coca de Cochabamba.

Está permitido su cultivo para usos tradicionales, pero su uso para la fabricación de cocaína produce un múltiplo de los beneficios. El informe del coronel Germán Cardona recoge testimonios que apuntan a una implicación de lleno del gobierno de Evo Morales en el negocio del cultivo y el tráfico de cocaína; un negocio que tiene implicaciones geoestratégicas.

La Guardia Plurinacional Popular

En el informe señala cuáles son las fuentes de donde saca la información: "Alumnos y alumnas" cuya familia tiene "sus Catos de coca en el Chapare, Shinahota, Chimoré y otras localidades y Sendas del trópico cochabambino". Ellos "permanentemente me informan, que en todas las comunidades aledañas de Yapacaní y en todo el Chapare, desde hacen siete años atrás, se han organizados sindicatos de fabricantes de cocaína, que en una buena proporción de ellos están incluso conformados hasta liderizados por ciudadanos Colombianos que en su país pertenecían a las FARC y a los paramilitares y algunos siguen perteneciendo a las FARC". Siete años atrás es en 2008.

"También me informan", dice, de que "desde el Estado se está gestando la Organización de la Guardia Plurinacional Popular, la que estará conformada por cocaleros, las Bartolinas Sisa, los Poncho Rojos, Pueblos Originarios, Sindicatos afines y otros movimientos sociales, Juventudes Masistas y para ello desde hacen dos años atrás en aviones de la Fuerza Aérea Venezolana llegan desde Irán, Rusia y China con escala en Venezuela, armamento militar de guerra como Fusiles Kalashnikov AK-47 y AK-109, que son introducidos y almacenados al interior del Chapare".

En la gestación de este proyecto de crear una fuerza que dependa en exclusiva del gobierno, trabajan "asesores militares venezolanos y cubanos que en sus países forman parte de sus Ejércitos y Guardias respectivas además de miembros de las FARC que ocuparon cargos jerárquicos de mandos superiores". Ellos, según el informe, "en forma secreta se encuentran diseñando los reglamentos, estructura, organización, doctrina, uniformes y todo cuanto concierne a su organización, instrucción, funcionamiento y operaciones".

La organización recae en el Cártel de las estrellas, a cargo de "Oficiales Generales y Coroneles de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional" que trabajan bajo el mando de "un político muy conocido de Bolivia". En la entrevista del coronel Cardona con gaceta.es, éste identifica al político: Se trata de Juan Ramón de la Quintana, actual ministro de la Presidencia. Él creó un organismo llamado Ademaf, Oficina de Administración y Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas. El verdadero objetivo es, según Cardona, "dominar las zonas fronterizas para dedicarse a hechos ilícitos. Quintana está organizando un cártel de drogas del Ejército". Según Cardona, "Juan Ramón de la Quintana opera en la frontera con Brasil pistas de aterrizaje con personal armado, que son militares venezolanos, cubanos y miembros de las FARC".

Morales expulsó a la DEA, la agencia antidroga de los Estados Unidos, en 2008. Les acusó de conspirar contra su gobierno, algo que, de ser cierto, podría tener relación con los objetivos declarados de la DEA. La DEA operaba el aeropuerto de Chimoré, que "era la base de operaciones contra la droga" de la organización estadounidense. Su control lo asumió el gobierno, y ahora, según el militar, es la base de exportación de la droga hacia Venezuela, Cuba, Libia, Irán y Rusia, socios todos ellos del gobierno de Morales.

El papel de Morales
Germán Cardona sostiene que según uno de sus alumnos, concejal de un municipio del Chapare, le informa de que cada fin de semana el "hermano presidente" Evo Morales se desplaza al Chapare. "Según me dice él" y otros alumnos, el propio Morales "en persona, negocia la droga, y la exporta". Se fía de lo que le cuentan los alumnos que pertenecen a familias productoras: "Ellos saben todo, porque ellos manejan el negocio".

Su alumno le cuenta cómo Evo Morales llevó recientemente a Pablo Iglesias a Bolivia. Él lo contaba en estos términos, reproducidos por Cardona: "Él va a ser el presidente de España, y el partido lo está apoyando. El hermano presidente dice que lo está financiando, le está enviando dinero". Cardona le pregunta cómo lo sabe: "Es que el hermano presidente nos lo ha dicho", responde su alumno. "¿Y cómo lo hace? ¿Es que le dan la plata en mano?". "No", le responde, "hay una institución. No sé cómo se llama", dice en referencia a CEPS, según cree el militar.

"Hermano Pablo"
Iglesias es "un flaquito, de colita. Pero tiene un discurso muy bueno. Aplaudimos harto", recuerda el alumno, concejal de Chinahota, dirigente cocalero, y secretario general de un sindicato de productores de coca, que es "una de las centrales de producción de coca". Cree que "vamos a tener nuestro presidente, me ha dicho el hermano presidente. Se llama Podemos, el MAS en España".

El "hermano Pablo", en referencia a Iglesias, colmará, segun sus eperanzas, una suerte de giro histórico: "¿No es que los españoles nos han conquistado como colnia? Ahora les conquistaremos a ellos", dice.

"¿Y cuál es el fin?" de tanto apoyo, le inquiere Cardona. La respuesta de su alumno y dirigente cocalero es que "aquí hay mucha coca. Para vender cocaína a Europa se tiene que mandar a Irán, a Rusia. Y es mejor que entre directo a España", pues "ahora vamos a tener más plata, más negocio".

Preguntado Cardona sobre si tiene algún soporte documental que apoye las afirmaciones de sus alumnos a este respecto, el militar boliviano dice que no. Y que su intención, al elevar el informe, es motivar una investigación que ahondase sobre este y otros asuntos. Son sólo las esperanzas de ampliar el negocio de un cocalero, colega de Evo Morales, y que conoció a Pablo Iglesias. Unas esperanzas que no tienen porqué tener visos de realidad.

Desde Podemos se sienten "cansados" de este tipo de historias, "que no se sostienen", señalan fuentes de la formación.