Ahora el gobierno boliviano se cierra alrededor de su presidente y asegura: el affaire y culebrón de Evo Morales y su ex amante Gabriela Zapata, investigada por enriquecimiento ilÃcito y con quien tuvo un hijo, es una “conspiración”. El caso sumó ayer dos nuevos elementos: la denuncia de una amenaza de muerte contra el mandatario y el supuesto espionaje a través de un dron en las residencias de Evo y del vice Alvaro GarcÃa.
“En las últimas horas ha circulado una amenaza de muerte contra el presidente Evo Morales, precedida de un conjunto de adjetivaciones y acusaciones”, señaló en rueda de prensa el ministro del Interior boliviano, Carlos Romero. Y destacó: “Lamento que algunas personas recurran a la intimidación, a la amenaza, a la discriminación, al odio racial como estrategia polÃtica. Me parece absolutamente deleznable”. Acotó que el responsable del mensaje amenazante en Facebook habÃa expresado su apoyo a una ex dirigente de un sindicato de esposas de policÃas, detenida el martes por insultar al gobernante.
Romero, encargado de la seguridad interna, mencionó también que hay “mensajes calumniosos e indignos en contra del presidente Evo Morales, como parte de una estrategia de conspiración polÃtica que se viene desplegando en el último tiempo, particularmente dirigido contra el presidente”.
En la misma conferencia, el ministro de Defensa, Reymi Ferreira señaló que los vuelos de drones en torno a la casa del presidente y su vice se habrÃan realizado en los últimos dÃas. Los que operaban el dron fueron detenidos, aunque no se encontró más elementos incriminatorios y fueron liberados.
La existencia de conspiraciones ha sido una herramienta habitual del gobierno para enfrentar problemas polÃticas. Morales perdió hace dos domingos el referendum que lo hubiera habilitado para intentar un cuarto mandato consecutivo. Esa derrota fue atribuida a las denuncias de corrupción y tráfico de influencias. Desde entonces el presidente ha buscado distanciarse del conflicto, arrestó a su ex amante, y a una funcionaria que, según el relato oficial, sin que el presidente sepa, utilizaba las oficinas de la Primera Dama en el palacio gubernamental. El propio Evo y su ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, lanzaron la hipótesis de que todo esto ha configurado un “golpe blando” o “golpe suave”. Es decir no una derrota electoral alimentada por cuestiones de corrupción que aún no han sido aclaradas.
A esto se suma las dudas sobre el destino del hijo de Morales y Zapata, quien en un primer momento se creÃa muerto pero luego una tÃa de la mujer aseguro que estarÃa vivo. El presidente pidió ahora a un juez que la madre lo presente en el plazo de cinco dÃas. Zapata de 28 años se habrÃa beneficiado de siete obras públicas otorgadas sin licitación y por mas de US$500 millones para una empresa china de la que era Ceo y operaba en Bolivia.